Si desde la infancia, no se fomenta el estudio de materias que, de por sí, son arduas y dificultosas, en la adultez, resulta casi imposible adquirir el hábito. Entonces, ¿no sería mejor que los gobiernos dedicaran recursos económicos para guiar la sensibilidad del niño hacia las artes y las letras, en todo su recorrido educativo, en lugar de utilizarlos para subvencionar a las industrias culturales y creativas ─expresión seductora que esconde una mercantilización descarada de bienes culturales─, como se propone la Unión Europea mediante su programa "Europa Creativa 2014-2020", dotado con 2.300 millones de euros?
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Manu de Ordoñana
Donostia-San Sebastián
España